9 de febrero de 2011

¿Un cambio de modelo o un regreso a "tiempos modernos"?

El controvertido acuerdo alcanzado en la planta de Fiat de Mirafiori, tras referendum con reñido resultado (54/46), pone al consorcio italoamericano en la senda del sistema Toyota. Se trata de un pacto por la competitividad que supone un descuelgue del convenio sectorial del metal y un endurecimiento de las condiciones de trabajo a cambio de una mayor remuneración. Con este acuerdo y las inversiones que llegarán, Fiat-Chrysler espera fabricar, 280.000 coches más al año. La noticia viene a colación porque en el centro de la polémica se ha situado el binomio ergonomía-productividad 

En el núcleo central del acuerdo está la revocación de las tablas que contenían los factores que mayoraban los tiempos cronometrados, acordados en el convenio del año 1.971, así como la eliminación de los límites de la carga de trabajo y la reducción de las pausas, en definitiva todo lo que condicionaba el ritmo de las cadenas de montaje. Ahora, según los sindicatos, éste subirá un 20%.

En su lugar se aplicará un sistema combinado, basado en el sistema de métodos y tiempos (MTM-UAS) corregido por un factor que se obtiene de la metodología EAWS (European Assembly WorkSheet) de evaluación de la carga biomecánica. Ambos sistemas se utilizan de manera combinada mediante una aplicación informática denominada Ergo-UAS. El resultado serán tiempos inferiores, acompañados de inversiones para optimizar los movimientos y manipulaciones, además la fábrica funcionará como un proceso continuo, las 24 horas, turnos de noche durante seis días a la semana, un aumento considerable de las horas máximas extraordinarias que sólo se realizarán en días de libranza, hasta 120h, reducción de las pausas de 40 a 30 minutos por jornada, sanciones por absentismo injustificado o huelga y eliminación de los delegados sindicales de la planta.

Se introduce el sistema de fabricación de Toyota. Los ordenadores en las líneas controlarán que los trabajadores repitan la misma operación 350 veces y no podrá durar ni un segundo más ni uno menos, 72 segundos. La reducción de 10 minutos de pausa supondrá un aumento de la producción, sin apenas costes marginales - estos 10 minutos se remunerarán aparte-, de más de 25 coches al día, casi 7.000 más al año.

Para muchos el acuerdo nos retrotrae a los tiempos de las primeras cadenas de montaje, al taylorismo, en donde la organización del trabajo se centraba en el estudio minucioso de los movimientos del trabajador. De éste sólo interesaban sus habilidades manuales pues sus manos engranaban cual simple trasmisión en el conjunto del sistema productivo: la organización científica del trabajo. "De ellos sólo me interesan sus manos", célebre frase atribuida a Henry Ford contemporáneo de Taylor. Para los más críticos el acuerdo ataca a la dignidad de la persona, se lamentan de que en estos cien últimos años los ingenieros industriales no hayan aprendido nada y de que vuelvan a cometer los mismos errores que cometió aquel insigne ingeniero al ignorar la plenitud del trabajador, su parte cognitiva y emotiva, situando la habilidad del trabajador en el centro de la producción. Se rebelan contra los nuevos aires neoliberales que impulsan a los que siempre sacan provecho del débil en tiempos difíciles. ¿El trabajador de la Fiat se parece ahora más al trabajador biónico?, mitad hombre y mitad máquina. 

Para otros, es un cambio de modelo necesario que mejora sustancialmente la productividad de esta planta y la competitividad de las marcas (Fiat, Alfa Romeo y Chrysler). Para Turín un alivio porque, de no haber sido aceptado por los trabajadores, las inversiones se habrían ido a otro lugar, fuera de Italia. Las inversiones en Mirafiori (1.000 millones de euros) permitirán construir una nueva planta en la que, además de reducir los tiempos muertos, minimizar los errores y mejorar la calidad del producto, los trabajadores tendrán todo más cerca de su alcance, con el consiguiente ahorro de fuerzas y energías. 
Esta es una vieja polémica, es el sino del propio Taylor, denostado por los ergónomos y ensalzado por los expertos en MTM. Cuando más convencidos estábamos de que la asociación de ergonomía y productividad podía funcionar esta polémica nos llena de dudas. En otra ocasión volveremos sobre  EAWS, como metodología integral para la valoración de la carga de trabajo biomecánica. 



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